viernes, 16 de noviembre de 2012

Huelga general 14-N. Tengo el corazón partío.

Como reza la canción, tengo el corazón partío por esta huelga.

Por  un lado ésta y otras movilizaciones se justifican por las medidas tomadas en la difícil coyuntura que vivimos, en la que el Gobierno quiere poner a remar sólo a una parte de la sociedad, aumentando las diferencias sociales hasta tal punto, que en breve no se hablará de la brecha entre pobres y ricos, sino de la brecha entre ricos y el resto de la sociedad, volviendo a épocas pasadas que ninguno de los "remeros" queremos. La dictadura de los mercados como excusa para implantar un nuevo orden donde la libertad de expresión está mal vista, donde el remero está para eso, para remar y callar.

Por otro lado nuestros queridos sindicatos mayoritarios, despertaron de la anestesia (provocada probablemente por una potente droga llamada subvencionina que anula toda capacidad reivindicativa), cuando el número de parados sobrepasaba ámpliamente los 4 millones. Cuatro millones de dramas que hasta ese momento fueron ignorados son muchos para no levantarse.

Cómo hemos llegado a esta situación actual cada  vez está más claro. Quienes nos han llevado a ella también. El problema que tenemos la mayoría de los que estamos pagando la situación es que no nos sentimos responsables de ella por un lado, y que vemos que los responsables se van de rositas, con la connivencia (por no decir con la complicidad y en algún caso implicación) de nuestra clase política.
Ejemplos reprochables hay muchos que incluso podemos ver en el Boletín Oficial del Estado. Para ser ecuánimes ilustraremos lo anterior con ejemplos de todas las partes.
Citemos dos medidas adoptadas por el Gobierno actual: El sábado 14 de julio de 2012 se publica el Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad, donde a los funcionarios se nos suprime la paga extra de Navidad, así como días de libre disposición (no olvidemos que se corresponden con pagos en especie nunca renegociados ni pagados, aunque de cara al resto de la sociedad quede bien quitar días libres a funcionarios), y el lunes 16 de julio se publica una Resolución de 6 de julio de 2012 de la Dirección General de Política Interior en la que se conceden subvenciones estatales para gastos de funcionamiento ordinario de las diferentes formaciones políticas con representación en el Congreso de los Diputados. Para los más desmemoriados además tenemos que recordar que el anuncio de la supresión de emolumentos precedió en pocos días al anuncio del rescate bancario.
Como ejemplo del inmoral proceder de sindicatos citemos el siguiente: Un sindicato que dice luchar por los trabajadores deja claro que sólo es así en parte. En una Resolución de 20 de septiembre de 2012, de la Dirección General de Empleo, publicada el viernes 5 de octubre de 2012 en el BOE, efectivamente se aprecia que con las cuotas sindicales y las subvenciones hace lo propio de puertas adentro. No les vemos arremangarse señores sindicalistas. Existe la sensación por una parte del proletariado (desconocemos el número) que en esta maratón para intentar salvarnos, van ustedes siempre un kilómetro por detrás. ¿No habría sido más lógico por su parte convocar esta y otras acciones antes de los decretazos para evitarlos?

En cuanto al tema desahucios, ha quedado bastante claro que tanto Gobierno como oposición se han puesto a ello casualmente 2 días antes de que el Tribunal Europeo de Justicia les de un tirón de orejas, declarando abusivo el sistema español. ¿Y entre tanto señores, ustedes que han hecho? Nos consta que ha habido más de 300.000 desahucios antes de que decidan ustedes dialogar sobre este problema social, y por tanto no es necesario ser un lince para entender que esta repentina preocupación les viene por la necesidad de no enseñar el culo, más que por una preocupación real del drama que hay detrás. En esto los sindicatos han estado más listos, aunque unos metros por detrás de la sociedad española.

Tengo el corazón partio, porque además de lo anterior, las dolorosas medidas adoptadas sólo ayudan a empeorar la situación, por lo que nos tememos que en unos meses volverán otras nuevas y contra los mismos. Y nuestros políticos y sindicalistas intentando mantener su estatus.


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